4 de mayo de 2012

Ensayos Abiertos de Iniciación Coral

Los ensayos abiertos de Iniciación Coral forman parte de la metodología de trabajo de la Fundación Aequalis en nuestros programas corales para niños. Se realizan una vez al año, hacia el final de nuestro período escolar. 

Un ensayo abierto es una oportunidad para los representantes de compartir el proceso de acercamiento a la música que desarrollamos en los ensayos con los más pequeños (4 a 6 años), desde la experiencia lúdica. Es también una actividad que reviste importancia especial para los niños, quienes pueden mostrar de manera vivencial a sus padres lo que hacen en los ensayos: el conocimiento de elementos básicos de la música, dictados gráficos, el aprendizaje de la diferencia entre la voz hablada y la voz cantada, la vivencia de la respiración, el silencio, la escucha interior, el escuchar a otros para cantar "con", que para nosotros es una lección que va más allá del acto de cantar en sí mismo y tiene que ver con el ejercicio de la convivencia.

Los niños enseñan a los adultos qué es un canon (dos melodías que se persiguen sin alcanzarse siendo la misma), un quodlibet (dos melodías que siendo distintas, se interpretan a la misma vez), cómo se siente el "corazón de la música" en el pulso de negra y cuál es la diferencia con el ritmo; que las voces de niños y mujeres viven en "el país de la clave de sol", que el "do" central prefiere quedarse jugando abajo, fuera del pentagrama, sus primeros dictados y la manera en la que ya son capaces de leer el alfabeto de la música. Aunque no siempre podemos mostrar todo esto en el tiempo del que disponemos para ello, sí hacemos un gran recorrido por diferentes aspectos y sobre todo, los representantes pueden participar de manera activa con los niños y conocerlos cuando son "coralistas". 

En un grupo de iniciación coral hay niños de diversas edades (la mayoría de 4 y 5 años). Algunos son coralistas de mayor experiencia, porque comenzaron desde más pequeñitos (tienen dos años en la actividad). El número mayor de niños suele estar incorporado desde este mismo período escolar (debido a que los más adelantados, ya en primaria, han pasado a formar parte de la Coral propiamente dicha en su primer nivel).  Algunos niños comenzaron al inicio del año escolar, otros en enero y unos pocos apenas tienen un par de meses o menos con nosotros para el momento del ensayo abierto. Una de nuestras premisas metodológicas es el respeto por el ritmo de aprendizaje y asimilación de cada niño en cuanto a la vivencia musical: desarrollo de la voz cantada, de la audición consciente, interiorización de patrones rítmicos, entre otros aspectos, sin que esto represente la no existencia de retos (el reto y la búsqueda de solución a los problemas es una motivación fundamental del niño en sus juegos y en su búsqueda de comprensión del mundo). 

No es cierto que haya gente "amusical" (que "no tiene oído", como se dice coloquialmente), es sólo que la rapidez de la asimilación y realización de los aprendizajes puede variar-esto puede ser independiente de las edades-En nuestros ensayos buscamos ir avanzando juntos y que los niños puedan irse adentrando en la práctica coral, que involucra la vivencia del apoyo de unos hacia otros (los más grandes y/o avanzados enseñan a los más pequeños, que se sienten impulsados por aquellos), la comprensión de l aporte propio y el aporte de los demás a la meta común de hacer música en colectivo y crear belleza. En eso ayudan los juegos que realizamos como parte fundamental de este nivel inicial y la dinámica de enseñanza del repertorio. Dice una gran pedagoga musical argentina, Violeta Hemsi, que enseñar música es como enseñar otro idioma, hay métodos más eficaces que otros, pero todos pueden aprender. 

Para terminar quiero dejarles aquí un párrafo del artículo: ¿Qué hay en una cabecita tan chiquita? escrito por Ana María Raga en su Sala de Ensayo:

En una clase de iniciación coral, el niño trabaja distintos aspectos que brindarán beneficios para su inteligencia, madurez, carácter y manejo corporal, además claro está de sus destrezas musicales (...) aprende a usar adecuadamente su voz, concientiza el hecho mismo de la audición, es decir, escucha y piensa, piensa y escucha. Realiza ejercicios de disociación rítmica que benefician su psicomotricidad y concentración. Aprende lenguaje musical e interpreta sus símbolos. Organiza sonidos según su altura. Cultiva la intuición y la creatividad. Hace preguntas y comentarios pertinentes que sorprenden a medida que la actividad es más compleja. Observa y es capaz de comentar el desempeño de sus compañeros. Compara, deduce, propone. Es capaz también de sentir y comprobar su propio progreso y el del grupo, mostrando una satisfacción por el logro, que lo motiva a seguir adelante. Así mismo, bien guiado, es capaz de concientizar sus errores, sean estos musicales o de actitud, convirtiéndose en una persona mejor. Para eso no hay edad, todo momento es aprovechable" (ANA MARÍA RAGA).

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